Los ‘Bonos de Agua’ que creó Alberto Carrasquilla como ministro de Uribe acabaron en un sonado escándalo de corrupción. ¿Qué ha pasado con los responsables y con los municipios afectados? *.
Óscar Alfonso R.**
Privatización y corrupción
La provisión del acueducto y el alcantarillado domiciliario es un servicio público de gran importancia dentro del Estado Social de Derecho, puesto que el agua carece de sustitutos y es indispensable para preservar la vida humana, mientras que la falta de saneamiento básico causa un sinnúmero de enfermedades.
La provisión universal de estos servicios es pues una prioridad indiscutible, porque de ella depende la garantía efectiva del derecho fundamental a la vida.
Y sin embargo la Ley 142 de 1994 privatizó la gestión de estos servicios, porque el sistema público encomendado al Instituto de Fomento Municipal (INSFOPAL) había estado lleno de ineficiencias y corruptelas que llevaron a su liquidación en 1989.
Esa ley sin embargo no previó que la corrupción no es exclusiva de las empresas públicas. No son pocos los casos de corrupción de los gestores privados, pero uno emblemático es el de la firma española Canal de Isabel II, cuya filial INASSA administra los servicios en varias grandes ciudades de la región Caribe. Sus directivos en Madrid se defienden de los cargos y se ufanan de haber repatriado millones de euros de ganancias sin haber invertido ni un solo peso.
Las protestas de los usuarios sin los servicios en Barranquilla, Santa Marta o Riohacha o la prevalencia de las enfermedades de origen hídrico en sus áreas de mercado son las expresiones más evidentes de esos trucos.
Foto: Cundinamarca Alberto Carrasquilla, ministro de hacienda.
Lea en Razón Pública: Para acabar con la corrupción hacen falta más que buenas intenciones
Maromas financieras
Solo algún “mago de las finanzas”, de esos que pululan en el mundo de la infraestructura para el Tercer Mundo, habría podido completar hazañas como la de INASSA.
En efecto. El “Manejo Empresarial” o gestión privada de los servicios de Acueducto, Alcantarillado y Aseo es el eje de la política sectorial para los departamentos y municipios que consigna el Documento CONPES 3463 de 2007. El sistema permite constituir encargos fiduciarios con los recursos del Sistema General de Participaciones para Agua Potable y Saneamiento Básico (SGP-AS), porque esta es la vía más expedita para asegurar el financiamiento a largo plazo de la inversión requerida.
En 73 de los 108 municipios que utilizaron los bonos no se completaron las obras programadas
Concretamente, la figura consiste en que inversionistas privados constituyan un patrimonio autónomo para prestarle el dinero a los municipios, préstamos que estos garantizan con los recursos del SGP-AS. Los “Bonos de Agua” o “Bonos Carrasquilla” fueron el mecanismo ofrecido por el Grupo Financiero de Infraestructura Ltda. (GFI).
Los “Bonos Agua” se utilizaron entre 2008 y 2011, con una tasa de interés muy elevada. A partir de 2012 varios municipios enfrentaron dificultades para atender el servicio de la deuda derivada de estos bonos, y en 2014 el gobierno abrió una línea de redescuento con una tasa menor que la que cobraba el GFI.
En otras palabras: la Nación entró a pagar el exceso de la tasa de interés. Esto llamó la atención de la Contraloría General de la República y de algunos senadores que señalaron el gran negocio para los inversionistas y gestores del GFI.
La Contraloría considera que el descuento fue por supuesto favorable para los municipios que utilizaron los bonos, pero subraya su irresponsabilidad al contraer una deuda que desbordada sus capacidades de pago. En ese orden de ideas, el senador Robledo tuvo razón al afirmar que la Superintendencia Financiera no debió aprobar la emisión de bonos ni el diseño del sistema.
Como es bien sabido, el senador acumuló pruebas sobre la participación del ministro Alberto Carrasquilla y las firmas Konfigura y Navenby, y el elevado costo fiscal del rescate que significó utilidades inusitadas para GTI.
Foto: Alcaldía Municipal de Santa Rosa Cauca En muchos municipios “beneficiados” por los bonos de agua, las obras quedaron inconclusas o no fueron iniciadas.
Prestación deficiente
En 73 de los 108 municipios que utilizaron los bonos no se completaron las obras programadas, es decir que se encuentran “sin ejecutar”, “inconclusas” o “terminadas sin funcionar”.
En defensa del sistema cabría decir que esa inmoralidad también campea entre los municipios que no recurrieron a los “bonos Carrasquilla”, y que el prestamista no adquirió responsabilidades en cuanto a vigilar la ejecución de las obras. Pero ello no sería más que una defensa cínica de la corrupción, o una variante del principio según el cual el mal de muchos es consuelo de bobos.
Los “municipios Carrasquilla” son el peor de los mundos: endeudados por 19 años, sin conexión domiciliaria al servicio de acueducto y sin acceso al servicio de alcantarillado sanitario.
La pregunta que en cambio debe formularse es si los 108 municipios que optaron por los bonos Carrasquilla registraron un aumento mayor en las coberturas de acueducto y alcantarillado que las de los municipios semejantes que no contaron con la magia de esos bonos.
Para este efecto en el Cuadro siguiente se compara el cambio en las coberturas de los servicios por zona rural y urbana entre 2005 y 2018—un lapso suficientemente largo como para evaluar el impacto del sistema de los bonos—. Los municipios se agrupan en orden de mayor a menor grado de cobertura (cuartiles I, II, III y IV) y en cada caso diferencio entre municipios sin “bonos” y “con bonos”. Para medir la eficacia de la inversión en los sistemas de acueducto y alcantarillado a lo largo de estos trece años, presento en cada caso el valor máximo en el aumento de la cobertura que lograron los municipios en cuestión.
Variación porcentual máxima de la cobertura residencial municipal por zona, de los servicios de acueducto y alcantarillado, Colombia 2005-2018
Fuente: Cálculos basados en los resultados censales del DANE
El resultado es contundente: los municipios que no recurrieron a los “bonos Carrasquilla” tuvieron mejor desempeño en la ejecución de los proyectos de inversión en acueducto y alcantarillado que los municipios que si los usaron. Es más; en la mayoría de los casos, la diferencia fue abismal.
El peor de los mundos
En algunos casos la variación fue negativa, o sea que las nuevas inversiones no consiguieron disminuir los déficits del 2005 ni atender el crecimiento de las viviendas que demandan una conexión domiciliaria.
En cualquier caso, los entes territoriales que ahora bien podrían llamarse los “municipios Carrasquilla” son el peor de los mundos: endeudados por 19 años, con 1’223.450 habitantes sin conexión domiciliaria al servicio de acueducto y con 1’903.226 sin acceso al servicio de alcantarillado sanitario.
*Este artículo es parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas son responsabilidad del autor.
**Doctor en Planeamiento Urbano y Regional, economista, docente e investigador de la Universidad Externado de Colombia. oscar.alfonso@uexternado.edu.co.
Comments